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domingo, 18 de diciembre de 2011

¿Qué te hicieron, Colo Colo?

Esta semana debe ser la peor que he pasado desde que soy hincha de Colo Colo. Es decir, desde los casi 33 años que cuenta mi carné de identidad. No es fácil ver perder al equipo de mis amores ni menos soportar la soberbia del archirrival dedicándome en la cara la obtención de su primer título internacional que, si bien no se compara con nuestra Copa Libertadores, tampoco deja de ser meritoria: el 2006, si la ganábamos, la íbamos a celebrar igual. Aunque, claro, un poco menos que el histórico logro encabezado por Mirko Jozic, Jaime Pizarro, el "Loro" Morón, el "Chano" Garrido, Raúl Ormeño, Rubén Martínez y Marcelo Barticciotto.

Empiezan a surgir, espontáneamente, algunos de los nombres que forjaron la identidad del colocolino. Por supuesto que hay más: desde David Arellano y el "Tigre" Sorrel hasta el "Chamaco" Valdés y el "Chino" Caszely. Desde el "Gringo" Neff hasta el "Cóndor" Rojas y el "Gato" Osbén. Cómo olvidar, por cierto, al curicano Luis Hernán Alvarez, mi entrenador en una escuela de fútbol del club, y el goleador histórico en un Campeonato Nacional con sus 37 conquistas. Todos nombres que escribieron, a punta de goles, identidad, títulos y amor por la camiseta, una historia gloriosa.

Que lejos parecen esos tiempos. Y no lo son tanto. Si era en la década pasada cuando al Monumental se podía entrar como quien iba a su casa. Cuando ser socio -aún guardo mi carné con el número 57.755, que dejé de pagar cuando Peter Dragicevic y el 'Guatón Vergara postularon a la directiva, por lo que me jacto de ser visionario- era importante y la cuota apenas sobrepasaba los tres mil pesos. Cuando la entrada a galería costaba mil quinientos pesos y se organizaban grandes celebraciones para los que estábamos registrados y, cada fin de año, nos mandaban una tarjeta de Navidad. Cuando las entradas para los partidos históricos se compraban después de una larga fila en nuestra sede de Cienfuegos 41 y no a través del sistema TicketMaster. Cuando no había que pagar recargo para ver al más grande de todos.

¿Qué te hicieron, Colo Colo? Primero, te pusieron ruedas. Digo esto para que quienes quebraron al club no se suban por el chorro ni nos hagan creer que la solución está en llamarlos de vuelta. Gracias a ellos, hubo que venderle el alma al peor de los diablos: el poderoso caballero Don Dinero. Y como Colo Colo es un club esencialmente popular, y a la mayoría de sus seguidores lo que menos nos sobra es plata, tuvieron que venir hinchas de Universidad Católica y empresarios de derecha para comprarte y convertir en una mina de oro lo que siempre fue una mina de oro. Y llenarse los bolsillos. Y vaciar nuestro espíritu.

¿Qué te hicieron Colo Colo? Te quitaron el alma. Te transformaron en un negocio. Hoy, ya ni siquiera tienes jugadores propios en la oncena titular. Es más, ni siquiera eres capaz de formar jugadores dignos de vestir tu camiseta. Tus mejores entrenadores se han ido a los rivales. De muestra, un botón: de los que iniciaron el partido frente a Cobreloa, sólo Alvaro Ormeño se forjó en tus divisiones inferiores. El resto, todos afuerinos, desconocedores de la tradición, el raigambre y la obligación que implica vestir tu camiseta. El único que queda es Luis Mena, a quien ni siquiera han tenido la deferencia de ofrecerle el contrato vitalicio que se ganó a punta de sacrificio, respeto y amor por nuestros colores.Para mí, en Colo Colo deberían jugar 11 Luis Mena. O "Lucho" Mena y diez más. Si quieren, pongan a Esteban Paredes. Al resto, los regalo. Así de simple.

Hoy no tienes política deportiva. Lo único que les interesa a quienes te administran es vender camisetas y sumar sponsors. La gloria les da lo mismo. Si hasta para ver nuestras copas, patrimonio que no les pertenece, tenemos que pagarles. Imitan el peor modelo de todos: el del Real Madrid: compran nombres. Figuritas, pero de yeso. Y desde el otro lado de la trinchera se ríen de ti y se comparan con el Barcelona. Otra exageración, pero con algo de certeza: es un modelo que ha demostrado con creces su sustentablidad, ya que los conceptos macroeconómicos le gustan tanto a los gerenciadores de nuestros sueños.

¿Qué hacemos por ti, Colo Colo? Tratar de recuperarte. Esto no da para más. Sumar miles de socios, fortalecer la Corporación, buscar nuevos líderes, golpear la mesa y, quién sabe, hasta cuestionar e interrumpir el contrato de concesión que hoy parece ser lo único "eterno" para un club que, a pesar de todo, para mí -y para millones de chilenos- sigue y seguirá siendo, por siempre, el "Eterno Campeón".


jueves, 24 de noviembre de 2011

El profe Vega y la clase de Música

Lo que sé de Música se lo debo al profe David Vega. Lo conocí en Cuarto Básico, cuando me cambiaron de colegio. Siempre he pensado que fue el mejor profesor que tuve. Lejos, es al que más recuerdo y del que guardo los mejores recuerdos.

Hasta hoy, Vega sigue siendo un ejemplo de la verdadera vocación pedagógica. Sus clases abrían con un chiste. Todos estábamos autorizados para contar uno. Era una gran muestra de confianza y nadie sobrepasaba los límites de lo permitido. Ese trámite llevaba cinco minutos. Había que relajarse, porque el siguiente era sacar una hoja y responder un control con nota. Nadie reclamaba.

Pero cuando más disfrutaba el profe Vega era en las clases de Educación Musical, su especialidad. Su requisito inicial era que nadie podía llegar sin su flauta dulce de marca Hohner. No servía ninguna otra. A decir verdad, la diferencia de sonido con cualquier alternativa sigue siendo notoria.

Gracias al profe Vega aprendí a tocar el "Caballito Blanco". Toda una hazaña cuando recién se cumplen nueve años. El proceso continuó con una larga lista de melodías infantiles -en los cumpleaños me lucía con el Happy Birthday- y culminó, años después, con algunas piezas clásicas como la Sinfonía 40 de Mozart y otros hits populares como Yesterday, de los inmortales The Beatles, entre varios otros. Hoy intento enseñárselos a mis primos más chicos. Y hacerles entender que deben aprender a leer música. "Tocar de oído no sirve", nos decía el profe.

Con el profe Vega también aprendí a tocar guitarra. Unos valsesitos chilotes fueron las primeras lecciones. Con dos notas -LaM y MiM- para no complicarse la existencia. Me enseñó, por ejemplo, que las cuerdas debían ser bien presionadas, que luego los dedos se iban a endurecer y que bajo ellos debía pasar un lápiz. También que el rasgueo se ejecuta por la boca del instrumento. Así se le saca mejor sonido.

Un compañero de un curso mayor me enseñó "Adiós General", de Sol y Lluvia, en esos tiempos en que cantar cualquier cosa contra Pinochet podía significar la desaparición de la faz de la tierra. El profe nos pedía que bajáramos el volúmen. Nuestra gracia le podía costar la pega. Pero seguimos con Los Prisioneros y todo lo que sirviera para protestar. Si hasta a "El Africano", de Pachuco, le cambiábamos la letra: "Mami,. ¿qué será lo que quiere el Negro?: ¡Que se vaya Pinochet!".  Desde esa época que no paro.

Gracias al profe Vega, pasar Educación Musical en la Enseñanza Media fue un trámite. Mi único promedio 7. Todo lo que me pedían, ya lo había hecho. Incluso cantar. ¡Si hasta me mandaron a un concurso comunal representando a mi liceo!. Debe ser uno de mis mejores recuerdos. Hoy, cada vez que canto en algún karaoke, me acuerdo de esos primeros pasos. Jamás le faltaría el respeto a la música. Si lo hiciera, sentiría que se lo estaría faltando también al profe.

Por eso, cuando escuché que Felipe Bulnes -el ministro de las "grandes" ideas y mejores ofertones- terminaría con las horas de Educación Musical y Artística de los colegios, no pude evitar acordarme de él y de lo mucho que me sirvió su enseñanza. La aberración que quiere cometer este gobierno sólo tiene una explicación: ya se dieron cuenta de que otra cosa era con guitarra. Y, como no se la pudieron con ella, tienen que hacerla desaparecer. Yo quiero que en Chile haya muchos más profes Vega. Y que la música no pare. Jamás.



lunes, 21 de noviembre de 2011

Providencia, altura del 666

Analizar a Cristián Labbé es un contrasentido de sólo proponérselo.Cada una de sus actuaciones ofrece un nuevo elemento para concluir lo que podría provenir perfectamente de un antejuicio: el alcalde de Providencia -oh paradoja el nombre de la comuna que lidera- es un personaje siniestro. Infinitamente siniestro

Sí. Es #labbestia, como hace un tiempo lo denominaron en Twitter. En otras palabras, el coronel (R) Cristián Labbé ni siquiera resiste juicio. En su caso, se pasa directamente a la más enérgica condena.

Tan diabólico es que no me extraña que le haya surgido la idea y la necesidad de homenajear a un militar -ellos mismos dicen que la condición nunca se pierde, así que les voy a dar en el gusto- como Miguel Krassnoff, condenado por violaciones a los Derechos Humanos.

De un ex instructor de la DINA no se puede esperar otra cosa más que el desapego absoluto por la naturaleza humana. Una persona que llega a ocupar una posición ventajosa para reprimir, torturar y matar es, por definición, un desnaturalizado.

"No quiero que, en Chile, el que piensa distinto, sea aplastado", declaró el muy carerraja después de la masiva "funa" a su acto. Pues bien, le recuerdo que, desde 1973 y hasta 1989, en este país el que pensaba distinto no sólo era aplastado, sino también fusilado, degollado o quemado por los mismos a quienes Labbé rinde pleitesía, vaya saber uno a razón de qué. Basta revisar archivos, algunos libros o, si se quiere ahorrar la pega -o las horas de Historia, como se le ocurrió a algún ministro de Educación del gabinete de Piñera- ver la brillante serie Los 80. Ahí se lo dejan clarito.

"No se puede permitir que una minoría tenga de rodillas al país", agregó el muy suelto de cuerpo. No sé de qué minoría habla. La condena a su maldito homenaje fue tan mayoritaria que incluso los que ayer fueron sus aliados, pero hoy sufren de una fulminante amnesia, optaron por un dudoso silencio. Porque, en el fondo, quizás compartan la idea, pero luego calcularon que salir a apoyarla les puede costar quedar debiendo puntos en las próximas encuestas.Y eso les duele más que hacerle la desconocida a un monstruo que hoy está más cerca de convertirse en una cruel caricatura.




miércoles, 9 de noviembre de 2011

Juicio y castigo

No nos hagamos los giles. Llegar atrasado a la pega forma parte de la cultura del chileno. Que levante la mano el que nunca le ha hecho el quite a marcar tarjeta en el reloj de entrada. Y que no se esconda el que apareció cualquier lunes en la oficina al más puro estilo Canitrot: con cara de cumpleaños, gafas y saludando de lado para que no le notaran el aliento. Pasen de a uno, por favor.

Seguramente, son los mismos a quienes les bajó el ataque de moralidad y, apenas se enteraron del acto de indisciplina que protagonizaron Jorge Valdivia y cuatro invitados al bautizo de su heredero, exigieron las penas del infierno para los involucrados.Son los discípulos del padre Gatica. Ya saben por qué.

El "Mago" y sus amigotes deben recibir un castigo. Pero me apesta escuchar la petición acompañada del adjetivo "ejemplarizador". La experiencia -sobre todo en el fútbol- indica que las sanciones de esa magnitud terminan en perdonazos directamente proporcionales. Pedidos por los mismos recepcionistas del averno.

Recuerden, por ejemplo, la letra chica que contenía la sentencia posterior al Puerto Ordazo. La original decía "20 partidos internacionales de la Selección Nacional". Y debajito, la aclaración "apelables en la mitad del castigo". Un veredicto fríamente calculado: el acápite permitía el regreso oportuno del entonces volante del Al-Ain para los partidos que iniciaban el exitoso proceso que terminó con el Chile de Bielsa -como a las viudas del rosarino les gusta presumir- en el Mundial de Sudáfrica.

La frase es de otra época, pero yo pido juicio y castigo a los culpables. A diferencia de esa era aciaga en nuestra historia republicana, alzo la voz para solicitar un juicio justo y un debido proceso. No como en 2007, cuando a Valdivia, Reinaldo Navia, Jorge Vargas, Pablo Contreras, Rodrigo Tello y Alvaro Ormeño los sometieron al escarnio público y los  notificaron de una sanción después de que ni siquiera tuvieran la posibilidad de prestar declaraciones para defenderse. Al último, incluso, lo amenazaron con mantenerle la sanción si persistía en su intento de lograr justicia a través de los tribunales ordinarios.

Como aquella vez, exijo que se persigan responsabilidades a todo nivel. Para que Valdivia y su pandilla salieran de la concentración, alguien debió autorizarlos. Primero, el técnico. Y después, el jefe del técnico, un dirigente que seguramente resultará impune, tal como Mayne-Nicholls después de lo que pasó en las  tierras del comandante Chávez.

Ahora, si la conclusión es que hay que eliminarlos para siempre de la Selección, que no se nos suelte el cinturón cuando perdamos el tercer partido consecutivo, estemos a punto de perder la plata del curso de samba y exijamos de vuelta a Valdivia y sus partners porque los necesitamos para mantener la ilusión de disfrutar de una caipirinha en las arenas de Copacabana. Porque, en el fondo, somos todos cortados por la misma tijera.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Mucho más que las cosas del fútbol

Justo hace un año, Harold Mayne-Nicholls perdía la elección de la ANFP a manos de Jorge Segovia. Horas antes, Marcelo Bielsa había anunciado que dejaría la banca de la Selección Nacional si en las urnas se imponía el entonces presidente de Unión Española y propietario de la Universidad SEK, cuya figura quedó satanizada en su máxima expresión tras la partida del venerado entrenador rosarino.  De hecho, Lucifer anduvo cotizando arriendo. El infierno tenía dueño.

Subyacía en la amenaza del "Loco" la abierta diferencia de concepción respecto de cómo manejar el fútbol, devenido en negocio, y la vida, en serio peligro de transformarse en una mercancía cuyo principal valor -para algunos- parece ser el monto de la cuenta corriente. En la lista incluyan a casi todos los ilustres personajes que hoy nos gobiernan.

El recuerdo no es casual. Por esos días, se instaló en la agenda pública la discusión acerca del lucro en la educación, a propósito de la incompatibilidad de funciones del empresario español. Se cuestionaba la indesmentible relación comercial entre Unión Española y la Universidad SEK y se explicaba que la Casa de Estudios era una "corporación de derecho privado sin fines de lucro", un concepto tan internalizado por estos días que no hace falta ser erudito en Derecho para considerarlo familiar.

Hoy conversaba con un profesor universitario y, sin saber que se conmemoraba la fecha, le comentaba que, a partir de los comicios en Quilín, comencé a entender el "negociado" que había detrás de la educación. Que la expresión "sin fines de lucro" como apellido para "universidad o colegio privado" me parecía un mero tecnicismo y que hasta consideraba legítimo aspirar a obtener utilidades en ellos, como en cualquier ocupación o negocio. El problema se me genera cuando la intentan disfrazar y, más aún, cuando se transforma derechamente en usura.

A propósito del didáctico Caso Segovia entendí, además, cómo lo hacían los dueños una entidad aparentemente filantrópica -como la Universidad SEK- para burlar el sistema y obtener ganancias. Y la respuesta era simple: a través de otra -el Colegio SEK- le arrendaban inmuebles y le prestaban servicios. En buen chileno, se cambiaban groseramente la plata de bolsillo.

 La pelea por el control del balompié se perdió a manos de los empresarios. Hoy, son los dueños de la pelota quienes manejan el negocio a su regalado antojo. Si algo no les gusta, hasta podrían llevársela para la casa, cual niño taimado al que no le dejan seguir metiendo goles. Pero el partido por la educación aún no termina. Quizás queden los descuentos. Pero, en este desafío,  hay en juego mucho más que las simples "cosas del fútbol".


jueves, 27 de octubre de 2011

Un gran portero

"Johnny Herrera 2014". Así puse ayer en mi estado de Facebook después de la gran actuación del portero de Universidad de Chile en el partido de revancha frente a Flamengo.

Alcancé a ver sus mejores atajadas en los resúmenes de los noticieros. Y reconozco que pasa por un gran momento futbolístico. También, que las condiciones siempre las tuvo. Pero planteo, sin rodeos, que es muy difícil que Claudio Borghi lo llame a la Selección Nacional, más allá de que, si hoy lo proclamaran candidato, sacaría más votos que cualquier político. En la Alianza por Chile deben estar haciéndole ojitos.

No hace falta profundizar. Como describí más arriba, las razones no son futbolísticas. Pero no hay que confundirse. No existe, de parte del seleccionador nacional, alguna animadversión en su contra: El enemigo de Johnny Herrera fue, es y será el propio Johnny Herrera.

Ni siquiera es necesario meter al baile sus problemas privados. Cuando uno de mis contactos de Facebook se refirió al accidente automovilístico que protagonizó el guardameta y que costó una vida, lo primero que hice fue borrar la frase completa, Simplemente, porque la alusión no correspondía. Sería hacer leña de un árbol al menos tambaleante.

Cuando hablo del "Johnny enemigo de Johnny" me refiero al futbolista, al capitán, al líder. Al "cabrón", como se dice en todos los camarines y fuera de ellos. No sé si será posible tenerlo sentado en la banca esperando su oportunidad, como a Miguel Pinto. Con "Superman" Vargas -símbolo azul- costó un mundo. Claudio Bravo seguirá siendo indiscutido a menos que se coma un par de goles absurdos. La razón es clara: compite, semana a semana, con los mejores del mundo. En ese escenario, Johnny sería una molestosa pulga en la oreja.

Déjenme contarles que, fuera del campo de juego, Herrera es un tipo bastante más simpático y amable que dentro de la cancha. Que contesta todo y que es sumamente respetuoso. Pero, como sucede en la mayoría de las personas públicas, lo sobrepasa el personaje. Un periodista lo describió como "cuñero". Es decir, un tipo capaz de soltar frases que se agradecen en cualquier redacción pues podrían transformarse fácilmente en el titular del díario del día siguiente.

Hace pocas semanas, dio un ejemplo más que claro de lo que planteo. Apenas se enteró del fichaje de Paulo Garcés en el equipo azul, estalló en cólera, buscó los micrófonos y 'vetó' públicamente la llegada de quien -finalmente- será su nuevo compañero. Una atribución que, por más referente que sea, no está dentro de las que le competen. Incluso, afirmó que estaba dispuesto a dejar su club si el ex cruzado atravesaba la puerta del CDA de La Cisterna. Todo indica que tendrá que tragarse sus palabras, vestirse y calentar las manos junto al ex arquero de la UC.

Su arranque verbal no es el primero. Antes desafío a medio plantel de Colo Colo y prometió que triunfaría en Brasil. Volvió con la cola entre las piernas de su triste paso por Corinthians.Nunca más tuvo la posibilidad de salir.

Y el último que recuerdo fue cuando se refirió como "el Guatón Parrillero" a Borghi y sostuvo que "ése llama a los puros colocolinos". No está en discusión el apodo. Tampoco la certeza de la afirmación. Simplemente, no corresponde a un futbolista que pretende ganarse un puesto en la Roja tratar de esa forma a quien sería, potencialmente, el encargado de convocarlo. Aunque no lo parezca, es una falta de respeto. El "Bichi" será buena onda, pero tampoco las aguanta todas.

Lo que sí está claro es que Johnny Herrera es un gran portero. Un experto en clausurar puertas. La de Juan Pinto Durán se la cerró solito.


domingo, 16 de octubre de 2011

Un país llamado San Carlos de Apoquindo

Una postal de San Carlos de Apoquindo, el estadio al que entran unos pocos.
La respuesta de uno de los barristas de Colo Colo a un carabinero de Fuerzas Especiales me pareció tan genuina, pero a la vez tan notable, que resume uno de los actos de discriminación más graves e impresentables que haya visto en mis treinta y dos años de vida.

La escena es ésta: el funcionario policial impide su libre tránsito rumbo al estadio San Carlos de Apoquindo -derecho consagrado, por lo demás, en la Constitución y que ya fue profusamente violado durante las protestas estudiantiles- y el hombre de verde lo retiene. "No puede seguir", impone, desde su discutible y primitiva autoridad, basada en la ventaja que le proporciona su disfraz de robocop y un bastón retráctil en la mano.

La respuesta del seguidor albo es temerosa, pero intenta ser firme. "¿Por qué? ¿Es otro país allá?", contraataca el fanático, básico conocedor de sus derechos más elementales. El diálogo terminó abruptamente. El anónimo hincha ni se debe haber enterado de la goleada que sufrió el equipo de Ivo Basay. El bus que tomó no terminaba su recorrido en Camino Las Flores y dudo que en el retén en que le brindaron alojamiento dispusiera de un televisor con la señal del CDF Premium. Hoy, no había espacio para gentilezas.

Para los seguidors del equipo de la franja -quienes sí pudieron verlo en calma- debe ser lamentable que la victoria más esperada, merecida y abultada que ha conseguido este año pase al olvido y que quede en la historia como "El partido de la discriminación". Todo por culpa de la actuación de sus dirigentes -uno de ellos un reputado socialista- y, peor aún, de las instituciones que están designadas para velar por los derechos de TODOS los chilenos. En el saco incluyo desde el gobierno hasta los tribunales, pasando, cómo no, por nuestra cada vez más brillante y sorprendente policía uniformada.

Hoy hemos asistido a la fundación de la República de San Carlos de Apoquindo, cuyas fronteras son infranqueables y se protegen a punta de palos, gases lacrimógenos y agua putrefacta financiados con los impuestos que pagamos los contribyentes del país vecino. Un espacio vedado para quienes no cumplimos con el perfil que se requiere para integrar su selecto grupo de "compatriotas": ser rubio, de ojos azules, vivir en una mansión y ganar millones de pesos chilenos mensuales. Allí donde se hizo indeseable la presencia de los que somos mestizos, medimos apenas sobre el metro setenta de estatura y ganamos en lucas. Y, para peor, pocas. Gary Medel, por ejemplo, era aclamado dentro del estadio, pero su familia era abiertamente rechazada en el vecindario contiguo, donde el aspiracional ex jugador de la UC arrendaba un palacio y jamás se atrasó en el pago del arriendo: Nunca le perdonaron su origen humilde. Y a sus cercanos les hicieron la vida imposible.

No me vengan con el cuento de que los hinchas de Colo Colo son violentos. Los hay, pero la generalización es inaceptable. También existen en otros clubes. Lo que cambia es la proporción.

Justificar la clasista segregación que dispuso Universidad Católica al cerrarles la puerta de su recinto, desde esa perspectiva, es otro error. De hecho, la medida también afectó a quienes van al estadio con los sanos propósitos de ver fútbol, gritar por su equipo, festejar la victoria y amargarse por la derrota. Un dato: las peores puteadas a jugadores propios las escuché ahí, donde suponía que vivía la gente más fina de este país. Daba para sonrojarse. ¿Eso también es violencia, no?.




domingo, 9 de octubre de 2011

Bielsa, el tiempo te dio la razón

Recuerdo con alguna nitidez la conclusión de Marcelo Bielsa cuando deslizó que dejaría la banca de la Selección si Harold Mayne-Nicholls no ganaba la elección de la ANFP. "No puedo ni voy a trabajar con el señor Segovia. Es imposible que lo haga", dijo el "Loco" en esa conferencia de prensa, mítica a estas alturas.

Había en las palabras del rosarino un desprecio que no apuntaba a la figura del empresario educacional de origen español. Su postura tenía que ver con su profunda discrepancia con el criterio con que se iba a manejar el fútbol chileno en adelante, cuando estuviera en manos de los empresarios que gobiernan en la mayoría de los clubes. Que corre el riesgo de transformarse en descriterio, de acuerdo a las circunstancias, y sobre todo cuando pierden el sentido común y les aflora el patrón de fundo que llevan en el ADN.

Pero, con todo, Bielsa se fue porque quiso. Nadie lo echó. Incluso, un país entero le rogó que se quedara. Se llevó una bandera gigante como recuerdo y el cariño de millones de chilenos. Algunos, todavía lloran su partida. Yo digo que si las viudas de Bielsa cobraran montepío, el sistema previsional chileno habría quebrado hace un par de meses. Y no tiene sentido: el "Loco" se fue y no volverá. Ni aunque se lo pidan de rodillas.

Los capos de la ANFP no tardaron en mostrar la hilacha. Pocos días después de la caída frente a Argentina -previsible de acuerdo a los antecedentes históricos- y apenas horas antes del encuentro frente a Perú -una victoria obligada bajo el mismo criterio- el presidente del fútbol chileno, Sergio Jadue -de la misma estirpe de Segovia, por cierto- sostuvo una reunión con el técnico de Universidad de Chile, Jorge Sampaoli. Una falta absoluta de tino. En esa consideración, nada tienen que ver los méritos del trasandino. Que los tiene, más allá de que me parezcan insuficientes para asumir la banca de la Roja. Y ojo: en Sampaoli no se fijan por su currículo, sino exclusivamente por su parecido táctico -¿y metódico?- con Bielsa.

La versión oficial es que uno es socio del estadio Palestino y el otro practica tenis en ese lugar. ¡Qué casualidad! Al rato, un periodista afirmó vía Twitter que los vio juntos en el Tavelli, un conocido café capitalino (¿También coinciden en el gusto por los cortados de ese local?). Y para rematar el día, otro trascendido sostiene que Claudio Borghi puso su cargo a disposición y que se irá tras el duelo frente a del Rimac.

No se trata, por cierto, de defender al 'Bichi'. Su gestión debe ser evaluada y, si no cumple con las expectativas, habría que adoptar las medidas de rigor. Pero ¿aserrucharle el piso a vista y paciencia de todo el país, a horas del segundo partido de las Clasificatorias rumbo a Brasil 2014? Es una falta de respeto. Al trasandino no le dejaron más opción que renunciar. Y a Bielsa, que debe estar tranquilito en Bilbao enterándose de este papelón, el tiempo le dio la razón.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Vamos -y volvamos- a decir que NO

Tenía apenas nueve años, pero guardo claros recuerdos de ese 5 de octubre de 1988. Fue, por ejemplo, una de las pocas veces en que vi juntos a todos mis vecinos. Había alegría. Todos aportaron papeles para confeccionar guirnaldas y darle colorido a la celebración. Tantos como el arcoiris de la campaña que montó la Concertación.

También se alzaron copas. Había motivos para brindar. Por fin se aproximaba el regreso de la democracia, un concepto superior para un pendejo que recién se acercaba a su décimo año de existencia, pero que ya tenía algunas certezas respecto de qué es bueno y qué es malo. Y que percibía que vivir en dictadura era, al menos, 'feo' en esa categorización primaria que uno también comienza a asimilar desde temprana edad.

También recuerdo uno de los cánticos. "Qué lindo, qué lindo, qué lindo se va a ver, Pinocho en el Mapocho y el pueblo en el poder". Debo haberlo cantado. Mi paso por los estadios ya me había dado la capacidad para aprender rápidamente las canciones de la barra de Colo Colo y éste era más fácil de retener. Como "el que no salta es Pinochet", que lo escuché en la despedida de Elías Figueroa, cuando los incidentes obligaron a retirarnos tempranamente del Nacional, porque llovían piedras y tablones y el apaleo era grande.

Han pasado 23 años desde aquel mítico día y, claro, no todo fue tan lindo como aparecía. La alegría vino, pero hasta por ahí nomás. Si antes nos mandaban a través de la fuerza, después se dieron cuenta de que la mejor forma de manejarnos era a través del dinero. Al final, conservaron el poder. Sólo lo cambiaron de bolsillo. Y "Pinocho" nunca fue a dar al Mapocho: murió sin que la justicia chilena fuera capaz de castigarlo por los miles de crímenes que se cometieron en su régimen. ¡Si hasta tuvo que ir un juez español a hacerle la pega!

Aún así, la sensación de libertad se respiró durante mucho tiempo. También la del miedo y la de incertidumbre. Si hasta cuando le cambiábamos la letra a una canción de Pachuco en la clase de Educación Musical -'Mami, ¿qué será lo que quiere el negro?: ¡Que se muera Pinochet!- el profesor nos llamaba la atención en voz baja. El estaba de acuerdo, claro, pero sería el único que conocería la patrulla por dentro si llegaban los carabineros Y, quién sabe, quizás no lo hubiésemos vuelto a ver.

En rigor, veintitrés años después, seguimos siendo hijos de la dictadura. Y si la represión no nos tocó físicamente, sí lo hizo a nivel sicológico: hoy aún hay gente que calla lo que quiere decir. O lo dice bajito, para que no se escuche, porque le teme a las consecuencias. Partiendo por la pérdida de la pega.

Cada cierto tiempo, también, hay reminiscencias que vuelven a aparecer. Como el actuar de la policía en las manifestaciones públicas, las expresiones de ministros que juran que viven en décadas pretéritas o alcaldes -y, lo que es peor, civiles- que alucinan con ver a los militares desplegados en las calles. Es a ellos a quienes, hoy, hay que decirles "NO".

martes, 27 de septiembre de 2011

La reina

El 22 por ciento de aprobación para la gestión de Sebastián Piñera es lapidario. Como dato, hay que decir que la cifra es inferior en cuatro puntos respecto del que obtuvo la derecha "dura" en las primeras elecciones post dictadura. O sea, hay hasta fachos recalcitrantes que dejaron de prestarle ropa a Don Tatán. Está, literalmente, en pelotas. Desamparado, echado a su suerte. Muerto.

Tampoco les interesa rescatarlo, como a los mineros. Su mandato tiene fecha de vencimiento y el objetivo no es que pase a la historia. Hasta el momento, si ingresa, entrará por la puerta trasera, como uno de los peores -sino el peor- de los presidentes de Chile. 

La derecha apostará sus fichas a extender su permanencia en el poder. Y potenciará a nombres como Longueira, Golborne, Allamand y alguno que se me escapa. El apellido Piñera será una anécdota. Y, peor aún, indigna de recordar.

Llegó, entonces, el momento de actuar con inteligencia. Pelear contra el ex accionista de Lan y Blanco y Negro S.A. sería gastar balas en jotes. La madre de las batallas es otra. Se viene en dos años y fracción y hay que prepararse, desde ya, para darla. Con inteligencia, sin pasos en falso y, sobre todo, eligiendo bien las piezas y su distribución y función en el tablero. Como en el ajedrez.Si alguien tendrá que actuar como peón, que trabaje con humildad y, sobre todo, sacrificio. El último 'conde' murió hace algunos días. Y si hay que sumar nuevas piezas, bienvenidas. Pero reina hay una sola.

Soy partidario de la renovación de los liderazgos. Por eso no voté por Frei en la primera vuelta.  Pero admito que, en esta pasada, no hay otra carta más potente que Michelle Bachelet. Su porcentaje de aprobación sobrevivió hasta a las críticas más despiadadas e infundadas. Y ella está ahí, firme, como el político con mayor proyección y quizás el más querido. Intacta. 

Concedámosle, incluso, el mérito de unir los conceptos "político" y "querido", que parecen incompatibles. Confieso que me tincaba Andrés Velasco, pero el nivel de rechazo que produce es muy alto. No es momento de correr riesgos. Que los corran otros. Perderán por jaque mate en el intento.


jueves, 22 de septiembre de 2011

Se aprovechan de su nobleza

Si hasta hace un tiempo -claro está que esperamos el próximo numerito- Sebastián Piñera nos sorprendía con sus "piñericosas" -expresiones atarantadas y limítrofes al norte, al sur, al este y al oeste con la ignorancia- hoy, ante la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, el gerente general de Chile S.A. nos deslumbró con una joya.

A propósito del interminable conflicto estudiantil, el presidente de esta copia feliz del Edén se despachó la siguiente frasesita de colección: “Miles de jóvenes han salido  a manifestarse a favor de una causa noble, grande, hermosa como es dar educación de calidad para todos los jóvenes… Nuestro gobierno comparte esa visión  y ha dispuesto la más grande reforma y los más cuantiosos recursos”.

La comparten tanto que a los cabros los corretean con Fuerzas Especiales y a punta de palos. Los amenazan con cerrarles el año escolar y crean programas para llevarlos a la fuerza de vuelta a clases y dividir el movimiento.

Menos mal que "Tatán" no andaba con sed. Si la temperatura en la Gran Manzana hubiese bordeado los 35 grados, nuestro presidente pudo confundirse y decir que la lucha que libran pingüinos, universitarios y a la que los profesores  se pegaron a la buena -¿cuándo no?- es "única, grande y nuestra". Como la popular e insípida cerveza que sirven en los aviones de LAN, la pyme que vendió hace poquito. Al cabo, también es un eslogan, suena parecido y, en el fondo, el producto que hubiese promocionado igual es un bien de consumo, como la educación para el Mandatario.

A Piñera, una vez más, se le olvidaron los conceptos claves de la movilización: educación gratuita y fin al lucro. Esas sí que son causas nobles, pero sumamente incómodas para quien proviene del sector que promueve todo lo contrario. Discutir sobre ellos sería, precisamente, aprovecharse de la nobleza de quienes lo respaldan.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

El show debe continuar

En la entrada anterior, comenté acerca de la partida de Felipe Camiroaga y de la que, para mí, es su herencia como comunicador. Reconocí el dolor por su partida -y por la de los veinte chilenos que lo acompañaban- y valoré las genuinas muestras de sufrimiento de miles de chilenos anóminos. No dudo que salen del corazón. Desde la inocencia y la pureza más absoluta del compatriota que proyecta en los "famosos" todo lo que quiso llegar a ser... y que no pudo llegar a ser.

Lo que empieza a cansar es la sobreexposición de la congoja corporativa de TVN y de su matinal, el Buenos Días a Todos. Un poco más o menos, todos criticamos a LUN por la portada del día posterior a la tragedia. En ese instante, parecía oportunista y sobraron los adjetivos calificativos en torno a su política editorial. "Descriteriados" fue la conclusión generalizada. La respuesta ciudadana dolió a tal punto que la primera plana fue modificada para la edición del matutino que circuló en la capital.

La cobertura 24/7 del canal público se entendía en los primeros días. Era obvio. En una de las peores tragedias aéreas de la historia se perdieron cinco de sus compañeros. Uno de ellos era uno de los principales rostros de la estación. Todos lo lamentamos.

Pero de eso han pasado ya dos semanas. Aparecieron casi todos los cuerpos de los integrantes del equipo que encabezaba el "Halcón Matinal" -sólo resta el del camarógrafo Rodrigo Cabezón- y asistimos a auténticos velatorios en pantalla. El estudio del "Matinal de Chile" y las afueras de Bellavista 0990 se llenaron de justificadas muestras de respaldo y aprecio. Pero prender el televisor conducía a una depresión colectiva.

Llevamos catorce días en lo mismo y empieza a aburrir. Incluso, podría llegar a resultar contraproducente y terminar saturando la figura del propio Camiroaga. Finalmente, el chileno tiene bastantes problemas como para achacarse unos cuantos más. Y hay quienes, legítimamente también, pueden considerar que tanta manifestación raya en lo burdo. Hay que encontrar el equilibrio que permita ir dando un paulatino paso a la normalidad. Aunque cueste.

Lo natural sería que Carolina de Moras -la última compañera del vecino ilustre de Chicureo en pantalla- y el resto del equipo que lidera Mauricio Correa se tomaran un par de días de descanso. Para llorar y desahogarse. Para vivir un duelo que, hasta aquí, ha sido incompleto. Para asumir el golpe y para recuperar energías. También para replantearse y empezar de nuevo. Y, ojalá, con la alegría de siempre.Quien trabaja en Espectáculos tiene una máxima de cabecera: "El show debe continuar".

domingo, 4 de septiembre de 2011

El legado de Camiroaga



Es legítimo recordar a Felipe Camiroaga como el conductor del Buenos Días a Todos, el animador de un par de festivales de Viña del Mar o por sus incursiones humorísticas con personajes como "el Washington" o "Luciano Bello". Incluso como el actor de dudosa calidad, el sex-simbol y el rostro de una multitienda.

Mi abuela lo sentía como un nieto más. Un partner que le alegraba la mañana, la acompañaba. Hoy lo llora, porque siente que se fue un ser querido. Un cercano, un amigo. Es increíble el efecto que produce aparecer en una pantalla de unas cuantas pulgadas.

Son cientos de personas como ella quienes han compartido el duelo de TVN en las afueras de las oficinas del canal y que, genuinamente, llevaron fotos, velas e imágenes para pedir por un milagro, cuando aún se creía en él, y luego para recordarlo. No reconocer el fenómeno -que antes sólo vi cuando Maradona estuvo a un paso de la muerte- es signo de carencia de sensibilidad. Muchas veces siento que los periodistas la perdemos. No por la exigencia de nuestra tarea, ni porque alguien nos lo pida. De puro engrupidos.

Pero, para mí, el legado de Camiroaga es otro. La desaparecida figura televisiva deja el ejemplo del comunicador con opinión que aprovechó su tremenda tribuna para revelarla. Sin miedo a perderla, en un medio en que reconocer alguna tendencia política, social o deportiva es un pecado mortal que puede llegar a costar un veto eterno.

El "Halcón Matinal" fue honesto. Adhirió a la presidenta Michelle Bachelet y, hace pocos meses, interpeló al ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, para exigirle que no se construyera una planta termoeléctrica en Punta de Choros. No sé si influyó y es pretensioso afirmar que el proyecto no se ejecutó por su intervención. Pero se atrevió y lo dejó claro. Arriesgó la pega y la billetera que, para algunos, son el medio y el fin. Recién leí que también se refirió al conflicto de la educación. "No puede ser un negocio", sentenció.

Hubo quienes no entendieron el mensaje. Como aquel estúpido que creó el grupo de Facebook "Por fin murió el comunista Camiroaga" y los 1499 que lo siguieron. Ellos viven de la categorización. Ellos viven en la soberbia. Ellos no tienen respeto. Ellos dan pena.

martes, 30 de agosto de 2011

Copiones

Chile es el país de la copia. Cómo olvidar, por ejemplo, las zapatillas marca "Odibas", versión cuneta de las costosas Adidas. La explicación era para enmarcarla: "Sí son Adidas. Lo que pasa es que en la fábrica se equivocaron y pusieron las letras al revés". Y no faltaba el gil que compraba. La explicación y el calzado.

Y así pasa con un montón de cosas. Desde la etiqueta del jeans hasta los perfumes y los licores. Para qué decir con la ropa deportiva. Y ni hablar de los "cidís" de música y de juegos para el Play y la X-Box. "Respaldo" le llaman los caraduras. Me incluyo. Tengo que confesar que en mi computador siempre tengo los de moda. Los bajo por Bittorrent. Y funcionan perfectamente hasta que sale el nuevo. Ahí se borran...y se cambian por la versión más reciente.

Pero hay copias que molestan. Las de algunos "hinchas" del fútbol, por ejemplo. Porque, al parecer, ya no basta con cambiarle la letra a los cánticos de las barras bravas argentinas -si hasta el acento se pega- sino que, además, ahora no falta el tontito que imita sus peores prácticas. Un fenómeno que no es nuevo, pero que se ha agudizado en los últimos días.

Bastó que los hinchas de River Plate invadieran el campo de juego y "apretaran" a sus jugadores antes de que se fueran a la "B" para que en Chile hicieran lo mismo. En Valparaíso y este fin de semana en Chillán, un par de fanáticos ingresaron al campo de juego para presionar a los futbolistas y a sus cuerpos técnicos. Y en el Monumental, en el partido de Colo Colo frente a San Felipe, un 'garrero' trepó la interminable reja olímplica que antecede a la cancha "David Arellano", bajó al campo de juego, amenazó a Sebastián Toro, golpeó a un guardia y volvió a su ubicación. Todo, en menos de un minuto. ¡Ni el Hombre Araña podría! Y lo peor, todo el numerito terminó en la más absoluta impunidad.

La solución está a la mano: endurecer el castigo. En Europa -por ejemplo- la invasión al campo de juego supone una de las sanciones más duras entre las penas que se aplican por actos violentistas dentro de un recinto deportivo. Me lo explicaron en un seminario ofrecido por la F.A. británica hace un par de años. Allá aprendieron la lección. Costó vidas, pero aprendieron. Ahora, hay que pensarlo dos veces antes de hacerse el chistoso.

lunes, 29 de agosto de 2011

Tiro al aire

Hoy, los hashtags #NombresdeFondas y #mentiraseternas se tomaron Twitter. Al menos en Chile. Aunque, con lo sacavueltas que somos los chilenos, no sería raro que se hayan convertido en TT a nivel mundial.

Aunque no lo crean, no me di el tiempo de comprobarlo. A esa hora estaba trabajando y si ahora escribo esto es porque me quedan apenas un par de minutos libres antes de ir...a otro lugar de trabajo.

Antes, la luz se apoderó de mí y logré unir las dos "etiquetas" en una. Propuse "Tiro al aire" como nombre de fonda y, paralelamente, como 'mentira eterna". Al nivel de "solamente la puntita", "voy saliendo", "no tomo nunca más" y los neologismos "gobierno de los mejores" y "la nueva forma de gobernar".

Asumo que la ocurrencia puede considerarse desubicada. Que el menor Manuel Gutiérrez haya muerto en Peñalolén producto de una bala emanada de un arma policial no es para festinar. Es para ponerse infinítamente triste y para sentarse a analizar qué queremos -y cómo- para nuestro país. Siempre preferiré uno libre. Pensé que los tiempos de la represión habían pasado. Pero parece que me equivoqué feo.

También quiero un Chile serio. En que cada uno asuma sus responsabilidades. Y así como se exige -y en buena hora, porque corresponde- que los encapuchados paguen los daños que cobardemente generan en cada manifestación, también es momento de pedir la renuncia del ministro del Interior Rodrigo Hinzpeter y del general Director de Carabineros, Eduardo Gordon. Hoy quedó demostrado que afirmar que ellos están para cuidarnos es otra de las #mentiraseternas.

sábado, 27 de agosto de 2011

El canal de todos ¿los chilenos?

No tengo nada contra los extranjeros. Absolutamente nada. De hecho, trabajo junto a uno y si a veces no lo soporto es sólo porque, a su edad, es natural que se ponga medio pesado y odioso. Nada tiene que ver con que haya nacido al otro lado de la cordillera.

En general, los argentinos me caen bien. Mi ídolo es trasandino. Y, en el verano, uno de ellos me paseó en su avioneta, previo pago de ocho lucas, claro. Tenía razón el gerente general de mi país cuando dijo que "nada es gratis en esta vida". Después, bebimos unas Quilmes y comimos churrascos. Pura buena onda.

Tampoco es algo personal contra Paula Benedetto. No tendría por qué. No la conozco. Sé que es modelo y periodista deportiva. Pero en su país, donde el título lo dan con un curso express, que dura apenas un par de meses. A mí, me costó cinco años.

Pese a todo lo anterior, me gustaría que en ciertos puestos se privilegiara al "producto nacional". Sobre todo si se trata de mi profesión, donde lo que más sobra es oferta. Sé que tengo colegas igual de lindas y capaces que Benedetto.

Y más todavía si la tribuna en cuestión es nada menos que el noticiero de TVN, autodenominado como "el canal de todos los chilenos". Un descaro si se considera que las noticias las leen con acento español, los goles los relatan en versión 'che' y los compatriotas que hay se las dan de políglotas y le cambian la pronunciación a cuanto apellido se les cruza.


jueves, 25 de agosto de 2011

Lobos en piel de oveja

¿Quién le cree? Yo, no. Si pasó toda la tarde en reuniones recibiendo instrucciones para tratar de arreglar el pastelazo que se mandó más temprano, sus disculpas no valen. No son auténticas. Son una desesperada maniobra comunicacional por explicar lo inexplicable. O por salvar el puesto.

Crecí escuchando que las excusas agravan la falta. Teoría comprobada por quien, en horas de esta jornada de movilizaciones, se mandó esta 'joya' de declaración: "Hoy Chile es un país sin familia, y yo auguraba que eso iba a traer trastornos sociales para Chile, y, efectivamente, de ahí lo más extremo es llegar al anarquismo. Un niño que no ha recibido nada, no ha recibido afecto, ni el cariño de un padre una madre ni la protección de ellos, se manifiesta en las calles con odio, con resentimiento; no tiene ningún valor que le permita manejarse en un mundo con cierta estabilidad, y eso es lo que estamos viendo".

Después, trató de cambiar el discurso. "Guardo el mayor respeto de las formas familiares, ya sean unipersonales en que solamente hay madre, padre con sus hijos, los cuales valoro y reconozco a través de 40 años de enseñanza universitaria, en el contacto con ellos", declaró durante la tarde el intendente de la región del Biobío, Víctor Lobos. Hay que reconocerle que demoró poco en memorizar el libreto. Quizás le ayudaron varios miembros de la actual administración que lo rodeaban, que seguramente piensan igual que él y que, de paleteados, hasta le soplaron lo que tenía que decir.

Tampoco es que me sorprenda. Ellos están acostumbrados a mandar, a imponer, a ordenar, a segregar, a discriminar. Por eso nunca les creí su discurso del 'cambio'. Porque, aunque se disfracen de ovejas, seguirán siendo los mismos lobos. O Lobos, a quien no le queda otro camino que renunciar y esconderse en el bosque un buen rato. Quizás hasta se encuentre con la "Caperucita" que lo antecedió. Que era igual de feroz.

martes, 23 de agosto de 2011

Fines de lucro

Hay causas que nos unen. La Teletón, los partidos de la Selección, las tragedias o las Fiestas Patrias, entre ellas. Hay otra más cotidiana que también nos hermana: el sagrado derecho a pataleo.

Hoy, por ejemplo, junto a un par de amigos, pusimos cara de espanto cuando vimos la boleta del café Milán de Concepción, versión insípida, devenida en pelolais y mal atendida del tradicional e histórico Haití en la que, por ejemplo, desaparecieron las faldas cortas. La reacción obedeció a que advertimos que los precios habían aumentado groseramente, al punto que una taza de chocolate costaba ¡400 pesos más que la semana pasada!

Un robo. Y encubierto si se considera que el local tampoco muestra sus valores en ninguna lista visible al público. Es decir, uno sólo se entera de ellos al recibir un vuelto cada vez más exiguo.

Pusimos el grito en el cielo. Los tiempos no están para andar botando la plata. Y si alguien considera que la bebida caliente de rigor es un gasto suntuario, está en su derecho. Yo justifico su consumo por dos razones: la necesidad de desconectarse de la jornada laboral y la de elevar la temperatura. A la corporal me refiero, porque Concepción está cada vez más helado.

No fuimos los únicos que reclamamos. Temprano fue el turno de otros clientes y, al menos, lograron rebajar el valor en cien pesos. Una muestra más de la eficacia de los movimientos ciudadanos. Ante el aprovechamiento descarado, no queda otra que manifestarse y actuar.

Por cierto, mis contertulios representaban un abanico de posturas políticas y sociales. Ya he dicho que tengo amigos de izquierda, derecha y otros que "rescatan lo mejor de cada lado", como explican. Pero todos, sin distinción, coincidimos en que se trataba de un abuso. En que hay una diferencia considerable entre la utilidad y la usura. Pedimos el libro de reclamos, pero no existía. Incluso amenazamos con no volver. Lo estamos evaluando. Y si condenamos el lucro en el café, un bien de consumo prescindible, ¿por qué tendríamos que justificarlo en uno fundamental como la educación?

domingo, 21 de agosto de 2011

Queso fresco

"Matthei" es la recomendación de cada fin de semana. Me hablan de su preparación. Hay quienes, de paladar nada exigente, incluso se atreven a ensalzar su buen sabor.

Si ésa es la opción, hay que atenerse a las consecuencias. De partida, no es gusto del chileno de clase media trabajadora. Ni menos, de su bolsillo.

La marca me produce repugnacia. Me recuerda lo peor de lo nuestro: la traición, el cohecho, los espionajes, las volteretas. La prepotencia, la discriminación, la intolerancia.

Y, por sobre todo, la soberbia. Sus recetas -que parece que sirven para varios platos- tampoco me convencen.

Por suerte, Garretón encontró el queso. Y se lo devoró de una sola mascada.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Los días B, de Bulnes

Me recuerda a las liquidaciones de cambio de temporada. Letreros grandes, luminosos y porcentajes. Sobre todo, porcentajes. 30 por ciento de descuento en jeans y zapatillas, excepto todas las que te pueden llegar a gustar. O servir. Las que están en oferta, son número 45. Y el pantalón, talla 34.

Los gigantes del retail nunca consideran que el chileno medio calza 40 y de cintura se acerca peligrosamente al número 50, gentileza de Mc Donalds o la Fuente Alemana. Pasa lo mismo con la electrónica, la computación, la línea blanca y, ahora, con la educación.

El nuevo ofertón del gobierno propone, por ejemplo, un sistema combinado de créditos y becas para el 60 por ciento más vulnerable. Pero de gratuidad, una de las banderas de lucha del movimiento, ni hablar.

La rebaja de la tasa de interés del Crédito con Aval del Estado a un 2 por ciento es definida como "histórica" desde el oficialismo, pero tampoco resuelve la petición de desligarlo de la banca privada, otra de las aspiraciones de los estudiantes.

Por otro lado, la propuesta aborda el lucro en las universidades. Un avance, claro. Pero, ¿qué pasará con los miles de jóvenes y familias que se endeudan con Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales?. Al parecer, seguirán recurriendo a los "super-avances".

Y de la calidad de la educación, mejor ni hablar. El concepto, de partida, es etéreo. Y en la propuesta que entrega Bulnes tampoco se abordan estrategias para aterrizarlo ni menos para medirlo.

En resumen, lo que ofreció La Moneda es más de lo mismo. Con aires de promoción. A fin de cuentas, un nuevo ofertón, igualito al GANE. Los días "B" de Bulnes. Si alguien compra, guarde su boleta. El producto es defectuoso. Resérvese el derecho a devolución.

martes, 16 de agosto de 2011

Manena, estoy contigo

No sabes cuánto te entiendo, Magdalena Piñera Morel. Sé lo que duele que entren a robar a tu casa y que arrasen con todo lo que pillen.

Que ultrajen tu privacidad y que se lleven los recuerdos de toda una vida. Y, peor, saber que -en el menor tiempo posible- los reducirán por unas pocas lucas. Ni cercanas al valor comercial y sentimental que tenían.

Me pasó mientras estaba de vacaciones. Había pasado 18 días notables de mi familia, en la casa que levantamos -con mucho esfuerzo, ciertamente- para desconectarnos del mundo y encontrar un poco de tranquilidad.

En eso estábamos en el penúltimo. Fuimos a un rodeo en busca de un poco de chilenidad. Cueca, payas, cabalgata, empanadas. De vuelta, chocamos de frente con lo peor de lo nuestro: habían forzado una ventana y robaron todo lo que pudieron. El refrigerador se salvó: no cabía en la mochila o no quisieron arriesgar el lumbago.

Para hacerla corta, te cuento que se llevaron el notebook con el que trabajaba -el que ocupo ahora lo estoy pagando en cómodas cuotas mensuales- el anillo que mis viejos me regalaron cuando cumplí quince años, la gargantilla de la licenciatura, una plaquita con la insignia del Colo en oro que regaló una tía, mi reloj y el PlayStation.

Mis papás y mis tíos también cooperaron. Sólo mi ahijado cantó victoria: su consola de juegos estaba bien escondida. Con ella nos entretenemos el fin de semana.

No sabes cuánto te entiendo, Manena. Perdona la patudez, pero como comparto tu tragedia, me siento hasta cercano a ti. Tú también debiste escuchar lo que yo. Que este gobierno potenciaría a las policías, que aumentaría su dotación, que fortalecería la justicia. Que terminaría con la delincuencia. Que trabaría la "puerta giratoria".

Yo nunca les creí. Menos ahora. Y sé que tu decepción debe ser el doble que la mía. Porque confiabas en ellos. Y, sobre todo, porque quien nos mintió es tu padre. Aceptarlo debe ser terrible.

domingo, 14 de agosto de 2011

Tolo, la invitación está hecha

Le voy a repetir la propuesta que le planteé hace un par de semanas en este mismo espacio, Américo Rubén Gallego. Así, a secas. No me pida que haga gala de una presunta estimación en el vocativo. Sencillamente porque le estaría mintiendo. Nunca me cayó bien. Menos ahora que me amargó el fin de semana largo. Ver perder a Colo Colo, y por goleada, me parte el alma.

Me aburrí de que le venda humo a la hinchada más popular y numerosa del país. Que nos quiera dejar como giles. Lo digo así para que le cueste menos entenderme. Si se lo planteo de una manera más figurada, quizás le exija un esfuerzo mayor.

Ya no aguanto más sus explicaciones sin fundamentos o con justificaciones que dan risa. Hoy dijo, por ejemplo, que Colo Colo notó mucho la ausencia de Rodrigo Millar. "El 'Chino' es un jugador de Selección", declaró tras la derrota ante la "U" de "Conce". Se la doy. Pero de inmediato le pregunto, ¿puede depender el plantel más caro del fútbol chileno de un jugador de incuestionable calidad, pero que nunca ha logrado transformarse en referente ni menos en la exclusiva y decisiva figura del equipo?.

No, "Tolo". La derrota de hoy no pasó por la ausencia de Millar. Tampoco le voy a quitar mérito al "Campanil", que hizo su negocio: resistió cuando debió hacerlo y liquidó notablemente cuando pudo: de cuatro ocasiones de gol, acertó tres.

Pero, explíqueme cómo se hace para juntar a once de los mejores jugadores de la competencia -varios de ellos seleccionados de Chile y uno del campeón de América, Uruguay- a los mejores precios del mercado nacional y se logra que no den pie con bola.

Dígame cómo se consigue que un equipo plagado de jugadores talentosos sea incapaz de jugar a algo. A lo que sea, pero con alguna coherencia conceptual. Al menos, de encontrar respuestas cuando el rival marca el primer gol o hay que remontar un marcador adverso.

Explíqueme, por ejemplo, de donde sacó que amontonar delanteros y descuidar la defensa podría conducir a un resultado medianamente productivo. Lo suyo es demagogia. Pero intente no ser tan obvio. Trate de pasar un poquito más piola.

A estas alturas, espero poco de usted y de su trabajo. Incluso, tengo miedo de sus consecuencias. Su paso por el club será un error demasiado caro. Soy de la idea de que sus días en Pedreros no están contados sólo por la cuantiosa indemnización que deberían pagarle. Pero no le doy más allá de diciembre. Si de mí dependiera, hace rato la puerta de salida estaría abierta. Con pasajes incluidos para que me cobre la oferta. Tolo, lo vuelvo a invitar a pescar. A pescar sus cositas y mandarse a cambiar.

lunes, 8 de agosto de 2011

Hay que darles una lección

"Hay que darles una lección". Así justificaron algunos el maltrato de Carabineros a todo lo que se moviera en la marcha del viernes por la Alameda y por cuanta calle y avenida a nivel nacional, a raíz del movimiento estudiantil. Son los que creen en la represión como método. Una práctica heredada de tiempos pretéritos de los que prefiero no acordarme.

"Hay que darles una lección", le diría a los miles de estudiantes que, en un par de horas, saldrán nuevamente a las calles a manifestar su descontento por la calidad y el financiamiento de la educación. Una lección de civilidad, como tantas otras que este país ha dado y seguirá dando a lo largo de su historia.

No les des razones. Marcha por donde está autorizado y no lleves elementos contundentes. Menos se te ocurra portar alguno que consideren incendiario. No lances piedras, ni destruyas la señalética. No levantes barricadas ni te enfrentes a la fuerza pública. Menos te dejes provocar. Haz gala de tus años de formación y estudio y compórtate como un ser civilizado. Sé creativo. Llama la atención a través del arte, de la música, de los cánticos. Varios de ellos me han sorprendido. Marca la diferencia. No permitas que desvirtúen tu legítimo movimiento.

Seremos millones los que estaremos atentos, apoyándote. Seremos millones quienes estaremos esperando la verdadera lección.

sábado, 6 de agosto de 2011

El baile de los que sobran

No es de ondero, ni mucho menos. Quienes me conocen, saben que escucho a Los Prisioneros desde muy chico. Que en mi departamento luzco una foto gigante con Jorge González, que tengo todos sus discos, que fui a sus conciertos y que, en cuanto pub que tenga karaoke, siempre canto algún tema del que, para mí, es el mejor grupo chileno de todos los tiempos.

No pretendo justificarme. Es mi verdad y tampoco pretendo imponerla a la fuerza, como otros.

Hoy decidí poner como ringtone en mi teléfono el himno de la movilización estudiantil y, según los expertos, la canción más representativa del rock chileno. Lo hice bajo el riesgo de perder alguna llamada. O varias. Porque no ajusté el volume ni tampoco me manejo en el Cool Edit como para "pichicatearlo" un poco.

Da lo mismo. Lo que importa es la intención y las ganas de solidarizar con los estudiantes. Simbólicamente, más allá de que alguno crea que la única forma es salir a marchar y a patear, y tirar, piedras con y como ellos. Desafío incluso, la posibilidad de que me declaren "inútil subversivo". Confieso que el único artefacto explosivo que he manipulado fue una bomba... de agua. Y que el atentado falló.

Por estos días, estos cabros nos están dando una verdadera lección. De convicción, de valentía, de resistencia, de aguante. Estos pendejos nos están mostrando el camino. Algunos quieren caricaturizarlos. Otros querrán manipularlos. Allá ellos. Yo prefiero felicitarlos. Por ilusos, por soñadores, por jugados. Y agradecerles por renovarnos el espíritu.

Hace rato que terminé los "doce juegos". En un liceo municipal. Y hace un buen tiempo me di cuenta de que "el futuro no es ninguno" de lo que ellos prometían. Y aunque tuve la suerte de que me enseñaran secretos que a ellos no, también he sabido de uno que otro "fin de mes sin novedad". Hoy me vuelvo a unir a "El Baile de los que sobran".

miércoles, 3 de agosto de 2011

En marcha

Una de mis primeras actividades "extraprogramáticas" en la universidad en la que estudié fue salir a marchar. No llevábamos un mes en clases y ya estábamos en paro.

Ahora que recuerdo parte del petitorio no puedo evitar la sonrisa: iba desde remover al director de departamento e implementar una moderna sala de computación con equipos 286 e impresoras matriz de punto, hasta exigir confort en los baños. A fin de cuentas, el papel higiénico también es un bien de uso público. Como la educación para nuestro presidente. Y a ambos se los pasan por el mismo lugar.

Semanas después, nuestro movimiento se unió a uno de carácter nacional. De esos que, curiosamente, surgen en todos los años impares. Y, como fuimos la primera carrera en movilizarse, nos correspondió el honor de liderar la caminata.

Ahí estaba yo, orgulloso producto de la educación municipalizada, en las primeras filas de un bloque que ocupaba una cuadra o un poco más. Portaba un lienzo de Periodismo y nos escoltaba un par de carabineros. No hubo incidentes.

El día después tuve mi segundo de fama: aparecí en la portada del diario más antiguo de la ciudad. No fue un protagonismo que buscara. De hecho, temía por el tirón de orejas de mis viejos. Ellos me habían mandado a estudiar. Con el mayor esfuerzo, porque ni crédito pedimos. Eso pensé hasta que les mostré el recorte. Todavía me sentía culpable. "Está bien. Yo era de los mismos", me dijo mi papá. Y me tranquilicé.

Por eso, que Hinzpeter anunciara la prohibición de realizar marchas en la jornada de hoy no sólo me recordó dictatoriales tiempos pretéritos y la archiconocida historia del sofá de Don Otto. También me dio risa. Los cabros saldrán a marchar igual. Y si hay que mojarse y comerse alguna lacrimógena, lo van a hacer igual. Es parte de la vida y de su formación. "Está bien. Yo era de los mismos", le respondería a cualquiera de ellos si fuera uno de mis hijos.

martes, 2 de agosto de 2011

#pineraparatu...

Da risa observar la reacción histérica de los simpatizantes de la derecha cuando ven que su gobierno está haciendo historia, pero al revés. Que hoy alcanzó un "histórico" 30 por ciento de aprobación y un no menos "destacable" 62 por por ciento de rechazo. Dicho en buen chileno, Piñera y "el gobierno de los mejores" tienen menos respaldo que un columpio.

Las cifras son incluso menores que los que arrojó la medición de Adimark del mes anterior. Ellos, creativos como son, le echaron la culpa a la presidente de la FECH, Camila Vallejo. Preciosa ella, valga decir.

Hasta un hashtag le crearon: #camilavallejoparatuhueveo. Fome y rasca. Mañana la culparán del alza de la bencina, el gas, el pan, del Transantiago, Hidroaysén y de que el IVA en cualquier momento pueda pillar al porcentaje de aprobación de su presidente.

El alarde de ingenio alcanzó a figurar entre los TT del día, pero el tiro les salió rápidamente por la culata. Al cierre de la jornada, ya era alcanzado por #pineraparatuhueveo. Las razones para molestar al presidente son varias más y, por cierto, mucho más divertidas. Van desde su pésima administración hasta su dislexia progresiva. No sé si existe el diagnóstico, pero suena simpático.

Ellos están convencidos de que lo están haciendo bien. Y siguen en la misma parada. Cometen los mismos errores, siguen siendo igual de soberbios y no escuchan, incluso, a quienes los eligieron y hoy deben estar arrepentidos. Varios deben haber sumado un par de motivos a #pineraparatuhueveo.

lunes, 1 de agosto de 2011

El tiempo se nos fue

"Se nos quedan un montón de temas, ministro. Pero, lamentablemente el tiempo se nos fue", le dijo el conductor de Medianoche, Juan José Lavín a Felipe Bulnes, el titular de Educación, tras pedirle que explicara las reformas que el gobierno acaba de anunciar en materia educacional.

La frase del periodista me suena a premonitoria. Leí los principales puntos de la propuesta y hay en ellos buenas intenciones. Pero mi pregunta es la misma que me planteo después de cada mega-anuncio de este gobierno, siempre acompañado de hartos fuegos artificiales.

Hay una jugada maestra en la disposición a meter en el mismo saco todos los temas que involucran a la educación. "Los escuchamos a todos", parece ser el mensaje buena onda que emerge desde La Moneda.

Pero bien dicen que quien mucho abarca, poco aprieta. Y es sano preguntarse por donde y cómo partirán, cuánto demorarán en resolver todos los problemas y, sobre todo, cómo se solucionarán los más urgentes, que son los que inspiraron el conflicto, considerando que -menos mal- les quedan sólo dos años en La Moneda. La agenda, le llaman.

Advierto que, en un par de años, las demandas serán las mismas. Que volverán las marchas, que se seguirá cuestionando la calidad y, sobre todo, que la discusión acerca del lucro en la educación no será resuelta. Ya estoy imaginando que, como dijo Lavín -Juan José, el bueno- van a responder que "se nos quedan un montón de temas. Pero, lamentablemente, el tiempo se nos fue".

viernes, 29 de julio de 2011

Viva el cambio...de puesto

Sol Letelier será la nueva subsecretaria del Servicio Nacional de la Mujer. Un detalle si no fuera porque la militante UDI era la alcaldesa de Recoleta, un puesto elegido democráticamente y un cambio, del que, seguramente, quienes la eligieron se enterarán a través de la prensa. Si es que se enteran.

No aguanto la tentación de escribir que no se puede pedir que respeten la democracia a quienes no creen en ella. En este momento, mis dedos se mandan solos, pero escriben la pura y santa verdad.

Deben estar retorciéndose en sus tumbas los creadores del juego de la silla musical. Una sana diversión infantil que este gobierno transformó en su entretención favorita.

La ex edil asumirá su nueva obligación en reemplazo de Cecilia Pérez, nueva intendenta de Santiago, quien había reemplazado a Fernando Echeverría, quien tampoco estuvo ni ahí con el cachito que le habia encaletado Piñera.

Seguramente, el jueguito no terminará. Han sido consecuentes. Ellos prometieron cambio y ahí tienen harto. Viva el Cambio, pero de puesto.

jueves, 28 de julio de 2011

Zurdos

"Los que protestan hoy son jóvenes que nacieron bajo el gobierno de Aylwin, entraron a básica en el gobierno de Frei, al colegio en el gobierno de Lagos y a la universidad en el gobierno de Bachelet, es decir son los hijos de la Concertación. Si en 20 años no se solucionó el problema de la educación, ¿cómo chucha quieren solución en un año y medio?. (Muro de Facebook de todos los amigos fachos que tengo).

El mensaje que lee más arriba circuló durante las últimas horas en varias redes sociales. Lo vi en los muros de Facebook de todos mis amigos fachos. Que los tengo y los quiero igual que a los otros, porque podemos pensar distinto y discutir un rato, pero la amistad va más allá de la trinchera en que uno se ubique. Quien no entienda eso, no puede ser mi amigo. Y no hay diferencia que resista un buen café, cerveza o ron, para los que se creen más rudos. A todos les pregunté, ¿ésa es su máxima expresión de creatividad?

Después de revisar lo que luego se transformó en cadena -palabra que evoca las interminables sesiones del extinto dictador a través de la televisión abierta en una época en que ni siquiera uno imaginaba la existencia del cable, como para evitar el mal rato- advertí lo bien que nos repartieron. Unos a la izquierda. Y los otros, a la derecha.

Soy zurdo. Escribo con esa mano y cuando le achunto a la pelota, la pateo con ese pie. Ellos, la derecha, ocupan el vocablo como despectivo. La derecha es la diestra. La izquierda, la siniestra. La que representa lo peor.

Yo digo todo lo contrario. Los que usamos la izquierda, y los que pensamos "hacia" la izquierda, algo tenemos de especiales. Reviso la lista de zurdos y me canso de leer nombres ilustres. Todos brillantes y excepcionales. Parto por Diego Armando Maradona, porque es mi ídolo. Pero si no les gusta el ejemplo, hay más: Fidel Castro, Napoleón Bonaparte, Juana de Arco, Mark Twain, Kurt Cobain, Phill Collins, Pelé, Oscar de la Hoya y nuestros "Matador" Salas y "Chino" Ríos. Y cientos más. Artistas, pensadores, escritores, músicos, deportistas, políticos y líderes.

Somos distintos. Rebeldes, rupturistas, desenfadados, irrespetuosos y un poco locos. Nos apesta la palabra disciplina, los moldes, los esquemas, los sistemas, las órdenes y las jerarquías. No nos vestimos iguales al resto y, a ratos, nos da lo mismo el resto.

Menos pensaríamos como el resto ni como quiere el resto. Reclamamos, cuestionamos, protestamos, peleamos y, sobre todo, creamos. Por eso la vida nos puso a este lado. ¡Ah! Y jamás mandaríamos cadenas así de lateras. Como ellos, los que están a la derecha.

miércoles, 27 de julio de 2011

Bien plantado

Desde el oficialismo se quejaron por la decisión de los presidentes de los partidos de la oposición de no reunirse con Sebastián Piñera. "Lamentamos que la Concertación no haya tenido ni la voluntad ni el liderazgo. Lamentamos que no hayan estado a la altura y no hayan sabido responder a este desafío", ametralló desde Palacio el reemplazante de la Ena, Andrés Chadwick, cual chavita despechada, por el plantón.

Seguramente, el primo del presidente fue el encargado de ir a comprar el pan para el desayuno. O de exprimir lo que sacó del Patio de Los Naranjos. Por eso su molestia. Pero, si me preguntan, en esta pasada estoy de acuerdo con los timoneles del conglomerado del arco iris. Por primera vez en mucho tiempo.

Buscar la solución del conflicto estudiantil en la esfera de los acuerdos políticos es un nueva equivocación. Con los democracristianos no comulgo. Con ellos, ni a misa. Pero advierto que su timonel, Ignacio Walker, tiene razón. "Llegamos a la conclusion de que no podía haber diálogo político gobierno-oposición sin previo diálogo del gobierno con los actores sociales", publicó en su cuenta de Twitter el líder falangista. Debe ser lo primero acertado que dicen desde antes del desaguisado de imponer como candidato presidencial a Eduardo Frei.

La protesta de los pingüinos, por más que algunos hayan pretendido instrumentalizarla y los otros acusar de esta demoníaca práctica que han ejercido cientos de veces, nació como un movimiento social. Ciudadano. Y para llegar a acuerdos, con los primeros que hay que juntarse es con quienes hoy tienen tomados las universidades y los colegios y aplanadas las calles de tanto exigir "educación pública de calidad". Con sus líderes, con los profesores, con los apoderados. Si los políticos no se la pudieron en todos estos años, ¿para qué seguir intentando con ellos?

martes, 26 de julio de 2011

Un equipo de reacción

Un equipo "de reacción" es aquel que espera lo que haga el rival antes de proponer lo suyo. "Ratonea" en la primera media hora y, en el intento, normalmente se lleva un par de goles. Cuando despierta, el reloj es su peor enemigo.

El gobierno de Piñera me recuerda un poco a eso. Y el acuerdo para los damnificados de Dichato me refuerza la idea. En buena hora les ofrecieron soluciones. Ojalá se las cumplan. No crean que les hicieron un favor.

Antes, tuvieron que pasar dos semanas de movilizaciones, enfrentamientos con la policía, malos tratos a los residentes, detenidos, secuestros 'express'. Escándalo, represión y harto show. Es lo que más les gusta. Como a las estrellas del balompié, la farándula.

Con Presto y La Polar pasó lo mismo. ¿Me van a decir que ahora se enteraron de los abusos de los supermercados y tiendas comerciales a través de los famosos créditos y superavances promovidos a través de poderosos rostros mediáticos? Y en el conflicto estudiantil será igual: ya le volaron la cabeza a Lavín y anunciaron el millonario Plan GANE. Ahora viene el regreso a clases, bajo amenaza de cerrar el año. El café cargado del descanso.

Para el segundo tiempo, en La Moneda movieron las piezas. Sacaron a la cancha a Longueira, reubicaron a Bulnes y mandaron a volantear a Lavín. Chadwick es el que habla con la prensa y a la Ena le están buscando club para mandarla a préstamo. Se reciben ofertas.

Ya lo dije. Golborne es el "Niño Maravilla" en la pizarra. Será el encargado de convertir y celebrar los goles. Sobre todo, de gritárselos a la cámara. Pero el rival -que viene de la rama de fútbol femenino- es muy fuerte y la boleta en contra, de proporciones. Mi pronóstico es que, con suerte, les alcanzará para el empate. A la salida del camarín escucharemos lo de siempre: "nos teníamos plantel", "nos faltó partido" "los jóvenes no ganan campeonatos". O, la mejor de todas, "la Concertación no respetó el flei". Como el Tolo.

viernes, 22 de julio de 2011

Tolo, dedíquese a la pesca...

"Soy el mejor cinco del mundo". Así se presentó Américo Rubén Gallego ante la plana mayor de Blanco y Negro, el día en que formalizaron su contratación en reemplazo de Diego Cagna, otro fiasco. Suficiente para que Guillermo Mackenna y compañía deliraran. Olvidaron que no buscaban un futbolista. Tampoco un amigo buena onda. Lo que necesitaban era un entrenador. Y uno de verdad.

Ellos, equivocados otra vez, estaban convencidos de haber encontrado al técnico ideal para Colo Colo. Lo mismo pensaron con Hugo Tocalli, cuyo perfil era diametralmente opuesto. Ahí se nota lo claritos que están.

El currículo del Tolo lucía títulos como jugador y un abultado palmarés como estratega. Fue campeón en River, Newell's, Independiente y el Toluca mexicano. Valía, según los capos de la concesionaria, el millón trescientos mil dólares que cuesta tenerlo anualmente en Pedreros. Lejos, uno de los caprichos más caros de la historia del club. El único consuelo es que la plata la ponen ellos.

Daban los mismos los antecedentes que llegaban desde el otro lado de la cordillera: que es demasiado cercano a los jugadores, que se le suben por el chorro, que perdona la indisciplina y que le gusta organizar asados. Y que, si la carne es mucha, hay que acompañarlos con una buena dosis de antioxidantes. Y así otras cuantas referencias. Todas folclóricas, por cierto.

La primera vez que lo tuve enfrente, no pude evitar la risa. En Chillán, después de clasificar con lo justo a los playoffs del Apertura, acusó a los jugadores de Ñublense de no respetar el "flei".

Todos quedamos como Condorito, exigiendo una explicación. Luego entendimos que se trataba del Fair Play. Por eso las carcajadas. Después recordé que había dejado la escuela en el primer año de la primaria. En Primero Básico, para que quede más claro. Ser ignorante no es pecado. Sí lo es no intentar disimularlo. Si fuese pillo, como dicen, habría preferido "Juego Limpio".

Así de enredadas deben ser sus instrucciones. Y por eso Colo Colo está como está: transitando de papelón en papelón. Perdiendo con rivales que antes aplastaba. Jugando como nunca en su historia: a lo que salga. A ratos, defendiendo el uno a cero, miserable resultado en días no tan lejanos. 'Haciendo tiempo' y mandando a los peloteros a esconder los balones a los veinte minutos del primer lapso, cuando se juega en el Monumental. Insultando un pasado glorioso y, peor aún, poniendo en riesgo un futuro que debería reinstalar al equipo más popular de Chile en el lugar del que nunca debió salir. Ese es, por el momento, su gran legado.

De buena fuente, sé que le gusta la pesca. Si es así, hágame un favor y practíquela, querido Tolo: Pesque sus cositas y mándese a cambiar. Y, ojalá, lo antes posible.

miércoles, 20 de julio de 2011

El autogolborne de Laurence


Es tan acertada la analogía, que la repito. A Laurence Golborne le cambiaron sus dos carteras de multitienda, rubro que conoce como la palma de su mano, por una Louis Vouitton de las que bastan para que una modelo farandulera se enamore completamente de cualquier mortal: la de Obras Públicas.

La señal es clara, potente y, en ningún caso, al azar. Es el primer paso para candidatearlo a La Moneda y competirle a una también eventual postulación de Michelle Bachelet al sillón presidencial.

Golborne es el ministro más reconocido por la gallada. Salió del anonimato al liderar el rescate de los 33 mineros de la San José y, desde ese momento, adquirió la categoría de “superstar”. Se disparó en las encuestas y su popularidad y buena onda alcanzó para apagar otro conflicto: el del gas en Punta Arenas. Le pedían fotos y hasta autógrafos firmaba.

Pocos saben que, antes de “convertirse” al servicio público, el ex gerente general del holding Cencosud lideró una administración que abusó de sus clientes. El escándalo llegó a los tribunales. Cencosud fue sancionado, pero el conflicto pasó piola. Ni en el diario mural apareció.

¿Qué ideó el inquieto y astuto Laurence? Cencosud aumentó la comisión por la mantención de la tarjeta Jumbo de manera unilateral, arbitraria y sin avisarle a sus clientes del incremento: a partir de marzo de 2006 subiría de 460 a 990 pesos para los clientes que tuvieran un promedio de compras inferior a 50 lucas mensuales durante los seis meses anteriores. Los usuarios de la tarjeta Jumbo Más se calculan en cuatro millones de clientes. Vayan multiplicando.

Los clientes de la tarjeta Jumbo, junto al Sernac, demandaron colectivamente a la empresa en 2006, en el 10° Juzgado Civil de Santiago. El Sernac acusó que el cambio unilateral de las comisiones atentaba contra la Ley del Consumidor: no sólo se hacía sin el consentimiento de los clientes. Además, la empresa inventaba nuevas cláusulas y la no respuesta por parte del consumidor, significaba la aceptación del alza. Nada de giles.

Cencosud se hizo el de las chacras y, en diciembre de 2006, el Sernac interpuso una demanda colectiva. Pidió que se sancionara la infracción y que se restituyeran los cobros indebidos. También, que el tribunal decretara la devolución de lo pagado en exceso con reajustes e intereses por todo el período, o al menos desde marzo 2006 hasta cuando los consumidores hubieren expresado su consentimiento y la forma en que tales devoluciones se harían efectivas.

La demanda fue acogida y se anuló la cláusula objetada considerando que “el consumidor frente a la modificación pretendida por la demandada, nada puede hacer, imponiéndole la empresa una modificación sin su consentimiento. El silencio en los actos de consumo no constituye aceptación. Por ello no es suficiente la inactividad de los consumidores para entender que éstos han consentido en la modificación en sus contratos”, indica el fallo, reproducido por la revista Punto Final. La sentencia, además, ordenó a Cencosud restituir los dineros cobrados en exceso a contar del 12 de julio de 2006 a todos los clientes.

¿El interés habrá sido del 33 por ciento, ya que el numerito le gusta tanto, ah?