
No aguanto la tentación de escribir que no se puede pedir que respeten la democracia a quienes no creen en ella. En este momento, mis dedos se mandan solos, pero escriben la pura y santa verdad.
Deben estar retorciéndose en sus tumbas los creadores del juego de la silla musical. Una sana diversión infantil que este gobierno transformó en su entretención favorita.
La ex edil asumirá su nueva obligación en reemplazo de Cecilia Pérez, nueva intendenta de Santiago, quien había reemplazado a Fernando Echeverría, quien tampoco estuvo ni ahí con el cachito que le habia encaletado Piñera.
Seguramente, el jueguito no terminará. Han sido consecuentes. Ellos prometieron cambio y ahí tienen harto. Viva el Cambio, pero de puesto.
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