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miércoles, 13 de julio de 2011

No entendieron nada

Que Bielsa cambió al fútbol chileno. Que, después de él, la mentalidad del chileno es otra. Que nos hizo ganadores. Que si se iba, quebraba el CDF Premium. Que Borghi era indigno de heredar su trono. Que después de su partida, se acababa el fútbol chileno.

Hoy, el rosarino inició sus entrenamientos con el Athletic de Bilbao y todo sigue ahí. Somos un poco más exitosos, porque avanzamos una ronda en la Copa América, pero aún no le ganamos a nadie. La mayoría sigue soportando a Claudio Palma y sus lugares comunes y engrupiéndose con el Prozone del "analista táctico" Waldemar Méndez. Borghi no era el demonio. La Selección juega casi igual y del fútbol chileno pocos se acuerdan, porque hay que ser genio para programar una Copa Chile en pleno invierno y con una Copa América que se puede seguir cómodamente por la televisión abierta. Tranquilo, Aladino, el problema no es contigo.

¿Se sentiría orgulloso de nosotros el "Loco" si supiera que sus dieciseis millones de viudas estaban pegadas al LCD recién comprado -en cómodas 36 cuotas, obvio- y celebraban cada gol que significara eludir la responsabilidad de enfentar a Brasil en los cuartos de final?. Con toda seguridad, no. Y su conclusión sería categórica: "No aprendieron nada".

La principal lección que heredó el rosarino no fue el sistema táctico. La pizarra no es creación suya: se la copió a Jozic. Su mayor enseñanza fue abandonar los complejos. Hacernos creer iguales a las superpotencias aunque al poco tiempo nos remecieran de un cachetazo. Creer que podíamos ir de frente con cualquiera. y, si nos botaban, pararnos de nuevo. Como el que se tira a choro con el más grande del curso y sabe que se puede comer un par de palmetazos. Pero se guarda el beneficio de la duda de poner el primer combo en pleno ojo y terminar rápido la pelea. Asumir riesgos. Y sus consecuencias.

Eso de andarle sacando el poto a la jeringa es muy nuestro. Si se enteró, Bielsa debió ponerse rojo de vergüenza. Ajena, por cierto. Para ser campeón hay que ganarle a todos y derrotar a los grandes antes de la gran definición es mucho más fácil. La final siempre la ganan ellos. Y si no es por la buena, se las regalan.

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