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miércoles, 27 de julio de 2011

Bien plantado

Desde el oficialismo se quejaron por la decisión de los presidentes de los partidos de la oposición de no reunirse con Sebastián Piñera. "Lamentamos que la Concertación no haya tenido ni la voluntad ni el liderazgo. Lamentamos que no hayan estado a la altura y no hayan sabido responder a este desafío", ametralló desde Palacio el reemplazante de la Ena, Andrés Chadwick, cual chavita despechada, por el plantón.

Seguramente, el primo del presidente fue el encargado de ir a comprar el pan para el desayuno. O de exprimir lo que sacó del Patio de Los Naranjos. Por eso su molestia. Pero, si me preguntan, en esta pasada estoy de acuerdo con los timoneles del conglomerado del arco iris. Por primera vez en mucho tiempo.

Buscar la solución del conflicto estudiantil en la esfera de los acuerdos políticos es un nueva equivocación. Con los democracristianos no comulgo. Con ellos, ni a misa. Pero advierto que su timonel, Ignacio Walker, tiene razón. "Llegamos a la conclusion de que no podía haber diálogo político gobierno-oposición sin previo diálogo del gobierno con los actores sociales", publicó en su cuenta de Twitter el líder falangista. Debe ser lo primero acertado que dicen desde antes del desaguisado de imponer como candidato presidencial a Eduardo Frei.

La protesta de los pingüinos, por más que algunos hayan pretendido instrumentalizarla y los otros acusar de esta demoníaca práctica que han ejercido cientos de veces, nació como un movimiento social. Ciudadano. Y para llegar a acuerdos, con los primeros que hay que juntarse es con quienes hoy tienen tomados las universidades y los colegios y aplanadas las calles de tanto exigir "educación pública de calidad". Con sus líderes, con los profesores, con los apoderados. Si los políticos no se la pudieron en todos estos años, ¿para qué seguir intentando con ellos?

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