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viernes, 22 de julio de 2011

Tolo, dedíquese a la pesca...

"Soy el mejor cinco del mundo". Así se presentó Américo Rubén Gallego ante la plana mayor de Blanco y Negro, el día en que formalizaron su contratación en reemplazo de Diego Cagna, otro fiasco. Suficiente para que Guillermo Mackenna y compañía deliraran. Olvidaron que no buscaban un futbolista. Tampoco un amigo buena onda. Lo que necesitaban era un entrenador. Y uno de verdad.

Ellos, equivocados otra vez, estaban convencidos de haber encontrado al técnico ideal para Colo Colo. Lo mismo pensaron con Hugo Tocalli, cuyo perfil era diametralmente opuesto. Ahí se nota lo claritos que están.

El currículo del Tolo lucía títulos como jugador y un abultado palmarés como estratega. Fue campeón en River, Newell's, Independiente y el Toluca mexicano. Valía, según los capos de la concesionaria, el millón trescientos mil dólares que cuesta tenerlo anualmente en Pedreros. Lejos, uno de los caprichos más caros de la historia del club. El único consuelo es que la plata la ponen ellos.

Daban los mismos los antecedentes que llegaban desde el otro lado de la cordillera: que es demasiado cercano a los jugadores, que se le suben por el chorro, que perdona la indisciplina y que le gusta organizar asados. Y que, si la carne es mucha, hay que acompañarlos con una buena dosis de antioxidantes. Y así otras cuantas referencias. Todas folclóricas, por cierto.

La primera vez que lo tuve enfrente, no pude evitar la risa. En Chillán, después de clasificar con lo justo a los playoffs del Apertura, acusó a los jugadores de Ñublense de no respetar el "flei".

Todos quedamos como Condorito, exigiendo una explicación. Luego entendimos que se trataba del Fair Play. Por eso las carcajadas. Después recordé que había dejado la escuela en el primer año de la primaria. En Primero Básico, para que quede más claro. Ser ignorante no es pecado. Sí lo es no intentar disimularlo. Si fuese pillo, como dicen, habría preferido "Juego Limpio".

Así de enredadas deben ser sus instrucciones. Y por eso Colo Colo está como está: transitando de papelón en papelón. Perdiendo con rivales que antes aplastaba. Jugando como nunca en su historia: a lo que salga. A ratos, defendiendo el uno a cero, miserable resultado en días no tan lejanos. 'Haciendo tiempo' y mandando a los peloteros a esconder los balones a los veinte minutos del primer lapso, cuando se juega en el Monumental. Insultando un pasado glorioso y, peor aún, poniendo en riesgo un futuro que debería reinstalar al equipo más popular de Chile en el lugar del que nunca debió salir. Ese es, por el momento, su gran legado.

De buena fuente, sé que le gusta la pesca. Si es así, hágame un favor y practíquela, querido Tolo: Pesque sus cositas y mándese a cambiar. Y, ojalá, lo antes posible.

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