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viernes, 1 de julio de 2011

Apenas es el Messías. No le alcanza para D10s

La culpa la tiene el Pro Evolution Soccer. En ese juego de consola, basta elegir al Barcelona para ser campeón de todo. Y es abuso si se sobreutiliza a la joyita que adorna la portada del juego: Lionel Messi.

El clon virtual del rosarino las hace todas. No hay que ser muy ducho con el joypad para eludir a todos los jugadores rivales y terminar la jugada con una rabona. No es mucha la gracia. La suma de sus "poderes" se acerca al 100 y sus adversarios promedian el 75. Así, cualquiera

En el Barcelona "de verdad" pasa algo similar. Messi es el protegido y todos juegan para él en una máquina de producir fútbol de alto vuelo, con piezas doradas que relucen una más que la otra. Con los mejores del mundo al lado, cualquiera puede.

No desconozco los méritos de "Lio". Es un gran jugador y, seguramente, seguirá creciendo. Es veloz, hábil, valiente e ingenioso donde pocos se atreven. Pero compararlo con Maradona es un despropósito.

El argumento más rápido de apelar es la notoria caída de rendimiento que muestra cada vez que viste la camiseta de la Selección argentina. Ni la sombra de la estrella culé alcanza a ser. Arruga, con todas sus letras. Y la diferencia cualitativa de los diez que lo rodean no es mucha que digamos, si se compara con sus escoltas en el equipo de la ciudad condal.

Si no es capaz de rendir a alto nivel al lado de Tévez, Agüero, Di María, Mascherano, Lavezzi y otros monstruos, no me lo imagino al lado de Garré, Giusti, Batista, Enrique, Burruchaga o Valdano, a quienes Diego condujo a ser campeones en México '86. Jugadores correctos, pero que estaban lejos, muy lejos de ser superestrellas. Maradona, por Argentina, era aún mejor que jugando por su club.

El "Diez" elevó a lo más alto de Europa al Nápoli, un equipo que andaba a los tumbos en el Calcio. Aguantó las patadas de los defensores más fieros del mundo en la liga donde, quizás, más se golpea. Y a su lado tenía un bosque entero: puros troncos. En España se marca menos. Además, hoy, la televisión ayuda harto más a proteger al talentoso que hace veinte años.

Por el momento, Messi suma títulos, aunque tampoco tiene el más importante de los que alzó Maradona. Pero le faltan milagros. Por eso es el Messías. Para D10s aún no le alcanza.

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