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domingo, 4 de septiembre de 2011

El legado de Camiroaga



Es legítimo recordar a Felipe Camiroaga como el conductor del Buenos Días a Todos, el animador de un par de festivales de Viña del Mar o por sus incursiones humorísticas con personajes como "el Washington" o "Luciano Bello". Incluso como el actor de dudosa calidad, el sex-simbol y el rostro de una multitienda.

Mi abuela lo sentía como un nieto más. Un partner que le alegraba la mañana, la acompañaba. Hoy lo llora, porque siente que se fue un ser querido. Un cercano, un amigo. Es increíble el efecto que produce aparecer en una pantalla de unas cuantas pulgadas.

Son cientos de personas como ella quienes han compartido el duelo de TVN en las afueras de las oficinas del canal y que, genuinamente, llevaron fotos, velas e imágenes para pedir por un milagro, cuando aún se creía en él, y luego para recordarlo. No reconocer el fenómeno -que antes sólo vi cuando Maradona estuvo a un paso de la muerte- es signo de carencia de sensibilidad. Muchas veces siento que los periodistas la perdemos. No por la exigencia de nuestra tarea, ni porque alguien nos lo pida. De puro engrupidos.

Pero, para mí, el legado de Camiroaga es otro. La desaparecida figura televisiva deja el ejemplo del comunicador con opinión que aprovechó su tremenda tribuna para revelarla. Sin miedo a perderla, en un medio en que reconocer alguna tendencia política, social o deportiva es un pecado mortal que puede llegar a costar un veto eterno.

El "Halcón Matinal" fue honesto. Adhirió a la presidenta Michelle Bachelet y, hace pocos meses, interpeló al ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, para exigirle que no se construyera una planta termoeléctrica en Punta de Choros. No sé si influyó y es pretensioso afirmar que el proyecto no se ejecutó por su intervención. Pero se atrevió y lo dejó claro. Arriesgó la pega y la billetera que, para algunos, son el medio y el fin. Recién leí que también se refirió al conflicto de la educación. "No puede ser un negocio", sentenció.

Hubo quienes no entendieron el mensaje. Como aquel estúpido que creó el grupo de Facebook "Por fin murió el comunista Camiroaga" y los 1499 que lo siguieron. Ellos viven de la categorización. Ellos viven en la soberbia. Ellos no tienen respeto. Ellos dan pena.

2 comentarios:

  1. Se fue un conocido rostro televisivo y de una manera trágica. Las críticas de aquel pelotudo que creo la página en facebook demuestra la razón de que sigamos estancados. Cuando perdemos el respeto por las personas, cuando no somos capaces de separar las cosas, cuando nos dedicamos a llamar la atención a cualquier costo, sin medir la forma y más encima intentamos dañar al resto, es signo que todo está mal. Es cierto aquello que dicen que los buenos se van antes, lamentablemente quedamos acá, para seguir viendo a tanto imbécil que mucho bravuconea y poco aporta. Lamento la falta de compañía que tendrá tu abuela por las mañanas, lo importante, y estoy seguro de ello, es que no va a leer nunca al imbécil que festina con el dolor ajeno.

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  2. oiga no sea politiquero de cuarta, ese mismo halcón que usted levanta al olimpo incentivaba a la gente a endeudarse en ripley a tasas bastante "convenientes" y ademas nunca lo vi en coronel cuando su presidenta autorizo dos termoeléctricas en el centro de dicha cuidad no se suba al chorro para poder criticar al gobierno con estas situaciones ,lo creo inteligente hasta ahora

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