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martes, 27 de septiembre de 2011

La reina

El 22 por ciento de aprobación para la gestión de Sebastián Piñera es lapidario. Como dato, hay que decir que la cifra es inferior en cuatro puntos respecto del que obtuvo la derecha "dura" en las primeras elecciones post dictadura. O sea, hay hasta fachos recalcitrantes que dejaron de prestarle ropa a Don Tatán. Está, literalmente, en pelotas. Desamparado, echado a su suerte. Muerto.

Tampoco les interesa rescatarlo, como a los mineros. Su mandato tiene fecha de vencimiento y el objetivo no es que pase a la historia. Hasta el momento, si ingresa, entrará por la puerta trasera, como uno de los peores -sino el peor- de los presidentes de Chile. 

La derecha apostará sus fichas a extender su permanencia en el poder. Y potenciará a nombres como Longueira, Golborne, Allamand y alguno que se me escapa. El apellido Piñera será una anécdota. Y, peor aún, indigna de recordar.

Llegó, entonces, el momento de actuar con inteligencia. Pelear contra el ex accionista de Lan y Blanco y Negro S.A. sería gastar balas en jotes. La madre de las batallas es otra. Se viene en dos años y fracción y hay que prepararse, desde ya, para darla. Con inteligencia, sin pasos en falso y, sobre todo, eligiendo bien las piezas y su distribución y función en el tablero. Como en el ajedrez.Si alguien tendrá que actuar como peón, que trabaje con humildad y, sobre todo, sacrificio. El último 'conde' murió hace algunos días. Y si hay que sumar nuevas piezas, bienvenidas. Pero reina hay una sola.

Soy partidario de la renovación de los liderazgos. Por eso no voté por Frei en la primera vuelta.  Pero admito que, en esta pasada, no hay otra carta más potente que Michelle Bachelet. Su porcentaje de aprobación sobrevivió hasta a las críticas más despiadadas e infundadas. Y ella está ahí, firme, como el político con mayor proyección y quizás el más querido. Intacta. 

Concedámosle, incluso, el mérito de unir los conceptos "político" y "querido", que parecen incompatibles. Confieso que me tincaba Andrés Velasco, pero el nivel de rechazo que produce es muy alto. No es momento de correr riesgos. Que los corran otros. Perderán por jaque mate en el intento.


jueves, 22 de septiembre de 2011

Se aprovechan de su nobleza

Si hasta hace un tiempo -claro está que esperamos el próximo numerito- Sebastián Piñera nos sorprendía con sus "piñericosas" -expresiones atarantadas y limítrofes al norte, al sur, al este y al oeste con la ignorancia- hoy, ante la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, el gerente general de Chile S.A. nos deslumbró con una joya.

A propósito del interminable conflicto estudiantil, el presidente de esta copia feliz del Edén se despachó la siguiente frasesita de colección: “Miles de jóvenes han salido  a manifestarse a favor de una causa noble, grande, hermosa como es dar educación de calidad para todos los jóvenes… Nuestro gobierno comparte esa visión  y ha dispuesto la más grande reforma y los más cuantiosos recursos”.

La comparten tanto que a los cabros los corretean con Fuerzas Especiales y a punta de palos. Los amenazan con cerrarles el año escolar y crean programas para llevarlos a la fuerza de vuelta a clases y dividir el movimiento.

Menos mal que "Tatán" no andaba con sed. Si la temperatura en la Gran Manzana hubiese bordeado los 35 grados, nuestro presidente pudo confundirse y decir que la lucha que libran pingüinos, universitarios y a la que los profesores  se pegaron a la buena -¿cuándo no?- es "única, grande y nuestra". Como la popular e insípida cerveza que sirven en los aviones de LAN, la pyme que vendió hace poquito. Al cabo, también es un eslogan, suena parecido y, en el fondo, el producto que hubiese promocionado igual es un bien de consumo, como la educación para el Mandatario.

A Piñera, una vez más, se le olvidaron los conceptos claves de la movilización: educación gratuita y fin al lucro. Esas sí que son causas nobles, pero sumamente incómodas para quien proviene del sector que promueve todo lo contrario. Discutir sobre ellos sería, precisamente, aprovecharse de la nobleza de quienes lo respaldan.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

El show debe continuar

En la entrada anterior, comenté acerca de la partida de Felipe Camiroaga y de la que, para mí, es su herencia como comunicador. Reconocí el dolor por su partida -y por la de los veinte chilenos que lo acompañaban- y valoré las genuinas muestras de sufrimiento de miles de chilenos anóminos. No dudo que salen del corazón. Desde la inocencia y la pureza más absoluta del compatriota que proyecta en los "famosos" todo lo que quiso llegar a ser... y que no pudo llegar a ser.

Lo que empieza a cansar es la sobreexposición de la congoja corporativa de TVN y de su matinal, el Buenos Días a Todos. Un poco más o menos, todos criticamos a LUN por la portada del día posterior a la tragedia. En ese instante, parecía oportunista y sobraron los adjetivos calificativos en torno a su política editorial. "Descriteriados" fue la conclusión generalizada. La respuesta ciudadana dolió a tal punto que la primera plana fue modificada para la edición del matutino que circuló en la capital.

La cobertura 24/7 del canal público se entendía en los primeros días. Era obvio. En una de las peores tragedias aéreas de la historia se perdieron cinco de sus compañeros. Uno de ellos era uno de los principales rostros de la estación. Todos lo lamentamos.

Pero de eso han pasado ya dos semanas. Aparecieron casi todos los cuerpos de los integrantes del equipo que encabezaba el "Halcón Matinal" -sólo resta el del camarógrafo Rodrigo Cabezón- y asistimos a auténticos velatorios en pantalla. El estudio del "Matinal de Chile" y las afueras de Bellavista 0990 se llenaron de justificadas muestras de respaldo y aprecio. Pero prender el televisor conducía a una depresión colectiva.

Llevamos catorce días en lo mismo y empieza a aburrir. Incluso, podría llegar a resultar contraproducente y terminar saturando la figura del propio Camiroaga. Finalmente, el chileno tiene bastantes problemas como para achacarse unos cuantos más. Y hay quienes, legítimamente también, pueden considerar que tanta manifestación raya en lo burdo. Hay que encontrar el equilibrio que permita ir dando un paulatino paso a la normalidad. Aunque cueste.

Lo natural sería que Carolina de Moras -la última compañera del vecino ilustre de Chicureo en pantalla- y el resto del equipo que lidera Mauricio Correa se tomaran un par de días de descanso. Para llorar y desahogarse. Para vivir un duelo que, hasta aquí, ha sido incompleto. Para asumir el golpe y para recuperar energías. También para replantearse y empezar de nuevo. Y, ojalá, con la alegría de siempre.Quien trabaja en Espectáculos tiene una máxima de cabecera: "El show debe continuar".

domingo, 4 de septiembre de 2011

El legado de Camiroaga



Es legítimo recordar a Felipe Camiroaga como el conductor del Buenos Días a Todos, el animador de un par de festivales de Viña del Mar o por sus incursiones humorísticas con personajes como "el Washington" o "Luciano Bello". Incluso como el actor de dudosa calidad, el sex-simbol y el rostro de una multitienda.

Mi abuela lo sentía como un nieto más. Un partner que le alegraba la mañana, la acompañaba. Hoy lo llora, porque siente que se fue un ser querido. Un cercano, un amigo. Es increíble el efecto que produce aparecer en una pantalla de unas cuantas pulgadas.

Son cientos de personas como ella quienes han compartido el duelo de TVN en las afueras de las oficinas del canal y que, genuinamente, llevaron fotos, velas e imágenes para pedir por un milagro, cuando aún se creía en él, y luego para recordarlo. No reconocer el fenómeno -que antes sólo vi cuando Maradona estuvo a un paso de la muerte- es signo de carencia de sensibilidad. Muchas veces siento que los periodistas la perdemos. No por la exigencia de nuestra tarea, ni porque alguien nos lo pida. De puro engrupidos.

Pero, para mí, el legado de Camiroaga es otro. La desaparecida figura televisiva deja el ejemplo del comunicador con opinión que aprovechó su tremenda tribuna para revelarla. Sin miedo a perderla, en un medio en que reconocer alguna tendencia política, social o deportiva es un pecado mortal que puede llegar a costar un veto eterno.

El "Halcón Matinal" fue honesto. Adhirió a la presidenta Michelle Bachelet y, hace pocos meses, interpeló al ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, para exigirle que no se construyera una planta termoeléctrica en Punta de Choros. No sé si influyó y es pretensioso afirmar que el proyecto no se ejecutó por su intervención. Pero se atrevió y lo dejó claro. Arriesgó la pega y la billetera que, para algunos, son el medio y el fin. Recién leí que también se refirió al conflicto de la educación. "No puede ser un negocio", sentenció.

Hubo quienes no entendieron el mensaje. Como aquel estúpido que creó el grupo de Facebook "Por fin murió el comunista Camiroaga" y los 1499 que lo siguieron. Ellos viven de la categorización. Ellos viven en la soberbia. Ellos no tienen respeto. Ellos dan pena.